1 cuota de $22.999,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $22.999,00 |
2 cuotas de $13.278,47 | Total $26.556,95 | |
3 cuotas de $9.054,71 | Total $27.164,12 | |
6 cuotas de $4.937,50 | Total $29.625,01 | |
9 cuotas de $3.567,14 | Total $32.104,30 | |
12 cuotas de $2.890,78 | Total $34.689,39 |
Hacer a un lado todas las preocupaciones y estudios terrenales y delegarlos a otra persona constituye una motivación muy atractiva para algunos; pues indudablemente hay quienes quieren retirarse y estudiar, como demuestran la teología con sus refinamientos y la erudición con sus sutilezas; para otros, es cierto, esa motivación es una motivación pobre, mezquina, el motivo de la separación entre la Iglesia y el pueblo, entre la literatura y el pueblo, entre el marido y la mujer, y que ha desempeñado un papel importante en sacar de quicio a la totalidad de la Commonwealth. Pero cualesquiera sean las motivaciones fuertes e inconscientes que subyacen a la exclusión de las mujeres del sacerdocio -y es evidente que aquí no vamos a enumerarlas, mucho menos escarbar hasta sus raíces-, la hija del hombre instruido puede confirmar, a partir de su experiencia, que “es común, e incluso frecuente, que dichas concepciones sobrevivan en el adulto a pesar de la irracionalidad que las caracteriza y traicionen su presencia debajo del nivel del pensamiento consciente a causa la fuerza de los sentimientos que despiertan”. Virginia Woolf